Sé un secreto que tú no sabes... Reflexiones sobre el arte Contemporáneo
por María Regina Pérez Castillo
“Vamos a llegar hasta Goya”, esto fue lo
primero que dijo mi profesora de Historia del
Arte el primer día de clase de segundo de
Bachillerato. ¿Pondría Juan Gris el grito en el
cielo al enterarse de que dentro del temario de
Selectividad lo último que se estudia es
Goya? No lo sabemos pero los que saben bien
como aprobar este examen creen que el arte
acaba en “ El Gran Cabrón”.
Ya tenemos otra cabeza de turco a la que
cargarle la responsabilidad de que el Arte
Contemporáneo no llegue al pueblo, la
educación. Es cierto que la educación española
en estos momentos deja mucho que desear.
Que somos el último país de la Unión Europea
en educación lo tenemos muy claro todos. Si
somos los peores en matemáticas no queramos
saber como somos en arte.
Desde las instituciones educativas no se incentiva “el saber” en general, ni en ciencias, ni en
literatura, ni en nada. Podemos darnos con un canto en los dientes sabiendo que en la asignatura de
Historia del Arte en Bachillerato se llega a estudiar a Borromini. ¿ Cómo vamos a pedir a esos
estresados profesores que expliquen a sus alumnos la complejidad del Arte Contemporáneo si el 15
de Junio tienen que terminar temario? Parece imposible, es imposible.
De acuerdo, la educación no ayuda. Siempre nos quedará el apoyo económico de empresas e
instituciones políticas. Parece que los políticos no están muy de acuerdo en prestar/dar dinero a
artistas jóvenes que no están afiliados a su partido. ¿ Para que expongan mis obras tengo que
afiliarme al PP/ PSO/ UCD/...? esto parece que va en contra de la propia personalidad libre del
artista. El artista crea su mensaje, su código a miles de kilómetros de distancia de la manipulación y
el “marionetismo” político. Si ya es difícil crear arte en nuestra época imagínense crear un arte
libre, original, de acuerdo con la Semana Santa, con el matrimonio homosexual, con la asignatura
de “ Educación para la Ciudadanía”,... ¡BASTA! El artista no está ahí para contentar a nadie. Es
puramente expresión (individual o grupal) como sea, pero expresión libre de ataduras.
Si no quiero contentar a nadie de estos mundillos no voy a poder mostrar mi obra al público de
manera decente: en una galería y con unas condiciones museográficas dignas.
Parece que las instituciones empresariales y políticas tampoco van a dar su brazo a torcer.
¿Quién nos queda?, ¿ quienes son el siguiente obstáculo para el Arte Contemporáneo?
Propongo una idea disparatada: los propios expertos en arte contemporáneo, los que siempre se
quejan de la falta de ayudas, del tradicionalismo en Andalucía y de la vetusta conciencia de la
población.
Por una parte no les falta razón, todo lo anteriormente citado es tan cierto como el aire que respiro.
Pero no me digan ustedes que no es tentador ser moderno, exclusivo, conocer algo raro. Esa frase
que todos hemos utilizado alguna vez y con la que tanto hemos disfrutado: “ Sé un secreto que tú no
sabes”.
Uno de los primeros personajes históricos que entendió esto fue Francis Bacon, conocido también
como el barón de Verulam que allá por el siglo XVI mencionó una frase que ha sido repetida
infinidad de veces y con la que estoy enormemente de acuerdo: “La Información es poder”.
Cuando sabemos algo que los demás no saben o conocen somos especiales, estamos en cierto modo
por encima de ellos porque tenemos un conocimiento mayor. Algunos pensadores dirían incluso que
quien tiene más y mejor información tiene más posibilidades de sobrevivir. Dejando de lado las
teorías neodarwinistas sí entendemos el concepto de exclusividad.
¿Qué ocurriría si el arte contemporáneo estuviera al alcance de todos? Se convertiría en algo del
pueblo y con ello nacería la posibilidad de que el pueblo convirtiera el arte contemporáneo en algo
banal.
Es muy posible que los eruditos en arte contemporáneo quieran preservar ese estatus social que les
infiere es conocer este tipo de arte.
¡Que no cunda el pánico! no creo que deba extenderse la alarma entre aquellos que teman ser
sustituidos por el pueblo, destronados en su propio palacio. Resulta que la sociedad en la que
vivimos hoy día no está preparada para entender los nuevos códigos artísticos. Volvemos a lo
mismo ¿educación?, ¿economía?,... Busquemos cabezas de turco pero sepamos mirar también a
quienes quieren ocultar este secreto.
Tener un pastel escondido en la alacena puede llegar a ser muy placentero. No hablo del placer de
comerse el pastel, hablo del saber que el pastel está ahí mientras tus hermanos menores no lo saben.
Si esa codiciada información llegase a ellos ya lo habrían devorado.
Miércoles, 17 de Noviembre de 2010
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