domingo, 12 de diciembre de 2010

Los Informes de Valcárcel Medina

“LOS INFORMES de Valcárcel Medina”
por María Regina Pérez Castillo

“El arte es una acción personal que puede valer como ejemplo, pero nunca tener un valor
ejemplar”.
Isidoro Valcárcel Medina, Madrid, 1977.
Tras leer esta frase entendí mucho mejor los Informes de Valcárcel en “Públicos y Contrapúblicos”.
Mediante tres pequeñas tarjetas el artista nos sitúa en tres espacios diferentes ( el Museo del Prado,
la Fundación Mapfre y el CGAC de Santiago de Compostela) , tres momentos ( el día 14 de
Diciembre, el 22 de Abril,...) y tres acciones.
En cada una de las tarjetas encontramos una historia basada en la ejecución de una acción por parte
del artista. Mediante estas acciones experimenta con la reacción de la gente que le rodea o con la
suya propia.
Al leer las tarjetas parece que el componente humorístico es fundamental pero Valcárcel no busca
esto, no espera la carcajada del espectador. He aquí lo interesante de su obra: sin buscar la sonrisa
la consigue. Entonces, ¿qué ocurre aquí? La idea es tan simple como remitirse a las semejanzas
entre nosotros los humanos. Lo que está haciendo el artista es escribir en una tarjeta cosas que nos
han pasado a todos, forzando la situación y llevándola a límites extremos a los que la mayoría no
estamos acostumbrado pero dejando en nuestra cabeza la esencia de su acción que es la que nos
recuerda a nuestra vida .
Un ejemplo muy claro: alguien está comiendo una naranja frente a nosotros y entonces el jugo le
salta a los ojos, los cierra levemente pero no sufre demasiado por ello. Es muy posible que si somos
testigos de dicha historia sonriamos como poco. Que nos haga gracia esto no supone que le
deseemos lo peor al “comedor de naranjas” y por ello disfrutemos con lo que vemos, lo que ocurre
es que he recordado el día en el que me pasó a mi. Lo que sinceramente nos divierte es que esas
cosas nos pasan a todos. Podríamos concluir diciendo que ciertas tonterías de la vida nos unen un
poquito más.
Eso es lo que utiliza Valcárcel, historias que nos han pasado a todos: ¿a quién no le ha regañado
alguna vez un vigilante en el Museo del Prado? Me arriesgo a afirmar que es común al 99% de los
visitantes de este museo.
Lo que el artista está haciendo es estableciendo una relación de igualdad con el espectador. Está
diciéndole a éste: “a mí también me ocurre”.
Por otra parte utiliza el formato del Informe para contar estas cortas historias banales. Los informes
normalmente se utilizan para cuestiones importantes. Estamos acostumbrados a escuchar la palabra
“informe” para temas de medio ambiente, guerras, declaraciones policiales,etcétera.De repente este
individuo nos sitúa frente a un relato divertido que contrasta con la propia palabra que encabeza las
historias.
¿Sabemos si realmente este artista llevó a cabo estas acciones? No, pero confiamos en la seriedad
que la palabra “ informe”. También tenemos que confiar en el artista, en su descaro y su faceta de
investigador de la realidad, observador del comportamiento de la gente y creador de algo nuevo.
El espectador puede tomar las tarjetas y quedárselas. Esta idea sorprende por varias razones:
– En primer lugar no nos encontramos frente a una pintura o una escultura, son tarjetas, es un
formato muy original ¿ Como definimos esto? Al estar involucrado el espectador podríamos
hablar de “Happening”. Éste deja de ser pasivo y mediante su actividad alcanza una
expresión emotiva.
– En segundo lugar el espectador puede quedarse con un trozo de la exposición. Atenta contra
la idea de obra intocable. He de reconocer que en un primer momento pensé que las tarjetas
no eran para quedárselas.
– En tercer lugar al poder tomar esas tarjetas-informes el lector se convierte en un casual
descubridor, un espía o investigador de alguien que ha encontrado 3 tarjetas y al leer
descubre partes de la vida del artista.
El artista nos hace partícipes de su realidad y es de agradecer por nuestra parte. El arte está plagado
de obras que son casi manifiestos individuales cargados con las ideas y principios del artista.
Cuando el genio creador te incluye dentro de sus mensajes, deja que interactues con ellos y te
cuenta algo cotidiano se produce la catarsis. Aristóteles decía de la catarsis que era la facultad de la
tragedia de redimir (o "purificar") al espectador de sus propias bajas pasiones, al verlas proyectadas
en los personajes de la obra, y de esa forma permitirle ver el castigo merecido e inevitable de éstas;
pero sin experimentar dicho castigo él mismo. Nosotros no fuimos los expulsados por un
controlador de seguridad...
Sábado, 20 de Noviembre de 2010

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