sábado, 18 de diciembre de 2010

El Placer de la Contradicción

LAS AMANTES DE TAPIAS
por María Regina Pérez Castillo


Ni óleo, ni acuarela, ni temple. No hay una sola pincelada. El retrato de las amantes de Tapias es un
retrato sencillo, es papel, un trazo de lápiz infantil y poco más.
José Manuel Pérez Tapias ha presentado su trabajo en la modesta pero auténtica galería Félix
Gómez. Un conjunto de desnudos, mayormente femeninos, en los que desaparece por completo el
color, el accesorio y cualquier tipo de sentimentalismo. Nada más que la piel desvestida y la actitud
o postura de una fémina.

Antonimia:

Mientras usted pasea por la galería observando detenidamente las obras de Tapias, posiblemente le
asalte un sentimiento de contradicción, una “sensación de antónimos” que no paran de
contraponerse en su cabeza. Esto ocurre porque el artista juega con las contraposiciones. Desde mi
punto de vista éstas son las protagonistas de la obra, no tanto los desnudos. Me explico...
Existe una captación perfecta de la actitud, del movimiento femenino. Tapias actúa como un
“Cartier Bresson” captando el momento fotográfico, ese espacio de tiempo en el que la obra dice
tantas cosas. Hablamos de la espontaneidad. Sin embargo, también se desprende otra información:
podría tratarse de una pose, y por lo tanto, una espontaneidad fingida. El espectador no sabe si estas
chicas están posando para él o si han sido sorprendidas en un momento íntimo. La confusión
eclosiona.
Tapias sostiene los delicados cuerpos femeninos con un único apunte de lápiz, es decir, un cuerpo
de aproximadamente 60 kilogramos vive gracias a unos cuantos trazos . Si la chica es delgada los
huesos de sus caderas o sus costillas se marcan sutil y exageradamente ( de nuevo los antónimos); si
la chica es gruesa, desparrama con cuidado sus formas deshaciendo su línea.
Sus trazos son infantiles y maduros. Las manos se desdibujan y en ocasiones parece que esos
pequeños detalles ( manos, ojos, pies,...) los haya confeccionado un “loco bajito”. Sin embargo,
reconocemos en él la madurez sexual de un adulto porque sólo un hombre que ha experimentado
con el cuerpo femenino lo sabe plasmar de esa forma.

La Línea Loca:

La línea loca es el trazo de un pintor obsesionado con la soledad, el desamparo y el erotismo. Ya lo
habréis adivinado, Egon Schiele. Este pintor de origen austriaco ha plasmado en sus pinturas una de
las técnicas más inquietantes de toda la historia del arte .La línea de Schiele no para de moverse, en
ningún momento es regular, sino serpenteante, es una línea loca. Esta técnica da como resultado una
estética muy singular, unas anatomías muy quebradizas y por supuesto incentiva el uso de poses
incómodas o extrañas. El trazo serpenteante aparece en casos contados en la obra de Tapias, pero las
posturas forzadas son más frecuentes ( torsos retorcidos, cabezas bocabajo,...) No estoy
proponiendo una comparación clara con los desnudos de Schiele, puesto que son muy diferentes,
pero existe un gesto tímido en Tapias que recuerda al del austriaco.

Courbet, Schiele y Tapias

Salvando las distancias geográficas y temporales, Courbet, Schiele y Tapias comparten un gusto
claro por el erotismo. El cuerpo femenino, mucho más erótico que el masculino, se ha utilizado
durante toda la historia de la humanidad como símbolo de deseo y sensualidad.
Además, en el caso de los tres pintores se utiliza el cuerpo femenino como excusa para representar
el amor sáfico.
Le Sommeil ( El Sueño) de Courbet, fue una obra totalmente impactante en su época ya que
representaba a dos mujeres desnudas durmiendo en la misma cama. A mediados del siglo XIX la
homosexualidad femenina no se entendía ni era considerada como opción sexual.
La relación lésbica que propone Schiele en Two Women es casi una enfermedad. Los dos cuerpos
femeninos se entrelazan forzosamente y parecen flotar en un espacio neutro. Su técnica nerviosa
establece la locura y la sinrazón.
En el caso de Tapias encontramos una relación sentimental sana y libre. La homosexualidad forma
parte nuestra realidad, del mundo actual. Las chicas de Tapias no se esconden, ni se amontonan, ni
tienen posturas incómodas, al contrario, disfrutan con alegría y tranquilidad de su intimidad.
La mujer que retrata Tapias es plenamente actual y moderna. ¿Cómo impregna de presente a esa
mujer? Con su actitud, sus poses e incluso sus rostros, que cuando se dejan ver pueden hablarnos
del cómic.

Hazlo Tú

El espectador tiene un papel determinante en la obra de Tapias. Mediante un leve apunte cargado de
defectos recompone mentalmente el desnudo femenino, y es en su cabeza donde los pequeños
detalles como las manos, los ojos y los pies ( los cuales el artista ha pasado por alto) alcanzan la
definición total. Por lo tanto es una obra hecha para que quien mira trabaje también, como si
nosotros también fuéramos parte del artista.

El visitante que entra en contacto con la exposición de Tapias puede disfruta del erotismo de sus
desnudos, de lo femenino y lo masculino, de la presencia de personaje actual, etcétera, pero sobre
todo sufrirá un desasosiego basado en la tensión y el relax, lo natural y lo fingido, en definitiva
disfrutará el placer de la contradicción.
Viernes, 17 de Diciembre de 2010

lunes, 13 de diciembre de 2010

Fe de Erratas

Pido perdón a todos los que hayan leído mi entrada: La Torpeza de Giner. Parece ser que hubo un grave malentendido entre la obra de Giner y yo, y claro... pequé de marisabidilla. Gracias al consejo de mi profesor lo revisé y lo reescribí. Aquí os dejo la versión revisada:

PIERRE GINER, “ CAAC Colección/n exposiciones”.
La torpeza y el atino del artista
por María Regina Pérez Castillo


Podría resumir esta humilde crítica con una palabra: mareo. Cuando te sitúas ante la pantalla, coges
el mando conectado a ésta y empiezas a experimentar con él, tus ojos se pierden dentro del espacio
virtual creado por Pierre Giner y tu cabeza no para de dar vueltas.
El visitante que deambula por el CAAC encuentra en un pequeño espacio y casi marginada la obra
de P. Giner. Todo se centra en torno a un video juego que pretende la interacción con el espectador.
En la pantalla observamos un espacio irreal plagado de pinturas, como colocadas sobre paneles de
pladul. Todo es una farsa virtual. La imagen no se detiene nunca, no para de avanzar. Entonces es el
espectador, que ha tomado el mando, el que decide donde ir ( siempre sin poder detenerse). Las
obras que aparecen en la pantalla son reproducciones virtuales de la propia colección del Centro de
Arte Contemporáneo. No existe un rumbo, no existe un fin, no existe la emoción ni el placer, solo
puedes navegar por el aburrido espacio de un museo inexistente.
Empecemos por los aspectos que he considerado más “torpes” y continuemos con los más
brillantes.
El espectador, un capitán absurdo
En un primer momento la obra te emociona porque te hace partícipe de ella. Parece que a los
espectadores actuales nos ilusiona especialmente poder intervenir, participar en la obra. ¡Qué
ilusión, Giner nos ha tenido en cuenta! Se ha conseguido atraer al espectador mediante un pequeño
mando de videoconsola con el que poder jugar. Esta emoción desaparece muy pronto, cuando pasas
de ser un sujeto investigador a un sujeto mareado. Sin duda alguna, el incesante movimiento de la
cámara produce en el espectador un mareo atroz. ¡De acuerdo!, si Giner pretendía causar este
malestar, lo ha conseguido. Ahora queremos salir de la sala, no estamos dispuestos a interactuar con
nada. Aunque la idea es buena: la oda o himno al coleccionismo, no se ha dado con la clave para
que el espectador quiera quedarse sentado ante la pantalla. El artista ha malogrado la manera de
llegar al público, si bien ha conseguido atraerlo mediante la incorporación de un mando.
Es un claro ejemplo del mal uso expresivo.
Por otra parte y completando lo anteriormente dicho, tampoco se ha tenido en cuenta al espectador.
Una de las ideas más claras que expone la obra es el hecho de que éste se convierta en quien decide,
que configure su propia colección, que escoja que ver y que no ver. Bien, ¿ de qué manera puede
hacerlo si el propio movimiento de la cámara es incesante? Sólo puede escoger el rumbo. Pero
además un rumbo sin sentido porque no existe ni fin ni orden. Entonces el espectador se convierte
en un absurdo capitán de barco que no sabe hacia donde dirigir su timón. Genera la incertidumbre y
el caos. Cuando de repente surge una obra interesante no existe un “ stop” en el camino. También
supone esto una desilusión para el espectador porque no decide sobre la obra cuando esto es
precisamente lo que se le ha prometido en un principio.
Parece que las expectativas creadas han caído como moscas en un plato de miel.
Museos virtuales
Internet y las Nuevas Tecnologías han participado en el nacimiento de un nuevo concepto: el Museo
Virtual o Museo on- line, un espacio web que trata de poner a la disposición del público, sin
limitaciones horarias o geográficas, unos determinados contenidos, constituidos por imágenes
digitalizadas y explicaciones teóricas referidas a las mismas.
Este nuevo concepto nace aproximadamente hace 6 años, cuando el desarrollo de Internet llega a
una madurez óptima para poder ofrecer este tipo de servicio. La relación entre los museos virtuales
y la obra de Giner es indudable, pero en el caso de esta segunda podríamos decir que es casi un
“Museo Virtual Surrealista” que no un Museo del Surrealismo, harto diferente. Hablamos de un
museo falto de espacio, de tiempo y de descanso. No existen las cartelas explicativas ni la teoría. El
artista ha despojado al museo de todo lo innecesario presentando al espectador la obra desnuda,
desordenada y rodeada de otras diferentes a su estilo, a su tiempo y a su intención.
Otra definición más:
Una de las opciones que contempla el videojuego es que pulsando un botón todas las obras se
convierten en una misma frase:
“Una obra de arte es un producto puramente humano de seres capaces de sentir que tratan de
representar una percepción construida, real o trascendente, a través de formas y estructuras de
elementos que interactúan entre sí” .
Aunque podríamos pensar que se trata de otra definición más de Arte para el cajón de sastre,
siempre me ha parecido loable el intento de definir un concepto tan abstracto y complejo como es el
arte. Y no se trata de una definición nada errónea porque está en lo cierto cuando vincula el arte con
el humano, los sentimientos, las percepciones, lo construido, lo real,... Es una definición que
lógicamente se queda muy corta pero el hecho de que las obras de arte de repente se conviertan en
esta frase genera una relación tautológica. Ahora recordamos a Joseph Kosuth, quien definió la
obra de arte como una tautología, llegando a expresar que “el arte es, de hecho, la definición de
arte”. Como vemos aborda el tema artístico como un problema filosófico y lingüístico.
Giner aprovecha las teorías de Kosuth para establecer una interesante relación entre arte, imagen y
concepto.
En este aspecto la obra gana interés, sobre todo si tenemos en cuenta que en la antesala del
videojuego encontramos Ex Hipotesi de Joseph Kosuth, obra que forma parte del entramado que ha
trazado Giner y de lo que hablaremos posteriormente.
El generador de discurso
Ahora nos sumergimos en un espacio diferente al anterior, el generador de discurso que es quizá la
nota más interesante de esta obra.
El generador y el videojuego se complementan, aunque no lo parezca porque ni comparten el
mismo espacio ni son de la misma originalidad. Mientras que el videojuego puede parecernos una
burda o absurda copia de un museo virtual, el generador de discurso es una idea brillante:
Accedemos a un espacio inquietante, un cubo blanco con un atril en medio, y ante nosotros un gran
esquema que resume ciertas ideas sobre el CAAC y sus exposiciones. De repente podemos
sentirnos como si fuéramos los presentadores o comisarios de una importante exposición y
tuviéramos que mostrarla por primera vez a un público. Resulta que el anterior videojuego es una
exposición de las obras del CAAC y necesita de un discurso que la acompañe.
Ahora empezamos a escuchar los discurso de agradecimiento a los artistas participantes, a todos los
que hacen posible la exposición. El protagonista, ahora, es el político o la empresa colaboradora. Es
una buena forma de hacer presentes a esas instituciones o personas que propician con su dinero la
exhibición pública de la obra. Al fin y al cabo todos estos individuos no son más que pobres
palabras, tristes nombres que quedan empequeñecidos por la belleza de la obra o por el genio
creador de ésta. Se produce una confrontación de desiguales porque será el artista quien resulte
triunfante, quien reciba los aplausos mientras los demás, que no han recibido ese don artístico casi
divino, lo único que pueden hacer es conformarse con aportar dinero ayudando al artista a exhibir
su obra ante el público.
La Selección de Giner
Hasta hoy no he llegado a entender la genialidad de Giner al introducir tres obras que anteceden a
su “famoso” videojuego. Todo es un conjunto: la sala oscura con el mando de consola, el generador
de discurso y las cuatro obras iniciales. Estas son:
– La morena desnuda de Julio Romero de Torres
– Ex Hipotesi de Joseph Kosuth
– Los Jockers de Chema Cobo
¿ Qué pueden representar todas ellas en este ámbito? Desde mi punto de vista, esta pregunta tiene
una única respuesta. Tenemos por una parte, el mayor referente de la pintura sensual y figurativa
que es Julio Romero de Torres, en el otro extremo encontramos a Joseph Kosuth que supone el
desvanecimiento total del objeto artístico siendo sustituido por su propia definición ( lo que muchos
aguafiestas han catalogado como al muerte del arte) y en un punto intermedio está el Jocker de
Chema Cobo, ese personaje de la baraja que puede adquirir muchos valores y significados. El
Jocker se mueven en esa ambigüedad, entre el objeto, lo conceptual y lo simbólico.
Esto es el resumen extremo de la Historia del Arte que propone Giner, un mundo que engendró un
objeto, creció, maduró y finalmente murió. La totalidad de ese mundo es lo que vamos a encontrar
en el museo virtual, en cualquier museo en realidad. Al fin y al cabo la institución museística es la
encargada de cuidar toda esa historia, esa evolución.


Lunes, 13 de Diciembre de 2010.

domingo, 12 de diciembre de 2010

La Torpeza de Giner







PIERRE GINER, “ CAAC Colección/n exposiciones”.
La torpeza y el atino del artista

por María Regina Pérez Castillo

Podría resumir esta humilde crítica con una palabra: mareo. Cuando te sitúas ante la pantalla, coges
el mando conectado a ésta y empiezas a experimentar con él, tus ojos se pierden dentro del espacio
virtual creado por Pierre Giner y tu cabeza no para de dar vueltas.
El visitante que deambula por el CAAC encuentra en un pequeño espacio y casi marginada la obra
de P. Giner. Todo se centra en torno a un video juego que pretende la interacción con el espectador.
En la pantalla observamos un espacio irreal plagado de pinturas, como colocadas sobre paneles de
pladul. Todo es una farsa virtual. La imagen no se detiene nunca, no para de avanzar. Entonces es el
espectador, que ha tomado el mando, el que decide donde ir ( siempre sin poder detenerse). Las
obras que aparecen en la pantalla son reproducciones virtuales de la propia colección del Centro de
Arte Contemporáneo. No existe un rumbo, no existe un fin, no existe la emoción ni el placer, solo
puedes navegar por el aburrido espacio de un museo inexistente.
Empecemos por los aspectos que he considerado más “torpes” y continuemos con los más
brillantes.
El espectador, un capitán absurdo
En un primer momento la obra te emociona porque te hace partícipe de ella. Parece que a los
espectadores actuales nos ilusiona especialmente poder intervenir, participar en la obra. ¡Qué
ilusión, Giner nos ha tenido en cuenta! Se ha conseguido atraer al espectador mediante un pequeño
mando de videoconsola con el que poder jugar. Esta emoción desaparece muy pronto, cuando pasas
de ser un sujeto investigador a un sujeto mareado. Sin duda alguna, el incesante movimiento de la
cámara produce en el espectador un mareo atroz. ¡De acuerdo!, si Giner pretendía causar este
malestar, lo ha conseguido. Ahora queremos salir de la sala, no estamos dispuestos a interactuar con
nada. Aunque la idea es buena: la oda o himno al coleccionismo, no se ha dado con la clave para
que el espectador quiera quedarse sentado ante la pantalla. El artista ha malogrado la manera de
llegar al público, si bien ha conseguido atraerlo mediante la incorporación de un mando.
Es un claro ejemplo del mal uso expresivo.
Por otra parte y completando lo anteriormente dicho, tampoco se ha tenido en cuenta al espectador.
Una de las ideas más claras que expone la obra es el hecho de que éste se convierta en quien decide,
que configure su propia colección, que escoja que ver y que no ver. Bien, ¿ de qué manera puede
hacerlo si el propio rumbo de la cámara es incesante? Sólo puede escoger el rumbo. Pero además un
rumbo sin sentido porque no existe ni fin ni orden. Entonces el espectador se convierte en un
absurdo capitán de barco que no sabe hacia donde dirigir su timón. Genera la incertidumbre y el
caos. Cuando de repente surge una obra interesante no existe un “ stop” en el camino. También
supone esto una desilusión para el espectador porque no decide sobre la obra cuando esto es
precisamente lo que se le ha prometido en un principio.
Parece que las expectativas creadas han caído como moscas en un plato de miel.
Museos virtuales
Internet y las Nuevas Tecnologías han participado en el nacimiento de un nuevo concepto: el Museo
Virtual o Museo on- line, un espacio web que trata de poner a la disposición del público, sin
limitaciones horarias o geográficas, unos determinados contenidos, constituidos por imágenes
digitalizadas y explicaciones teóricas referidas a las mismas.
Este nuevo concepto nace aproximadamente hace 6 años, cuando el desarrollo de Internet llega a
una madurez óptima para poder ofrecer este tipo de servicio. La relación entre los museos virtuales
y la obra de Giner es indudable, pero en el caso de esta segunda podríamos decir que es casi un
“Museo Virtual Surrealista” que no un Museo del Surrealismo, harto diferente. Hablamos de un
museo falto de espacio, de tiempo y de descanso. No existen las cartelas explicativas ni la teoría. El
artista ha despojado al museo de todo lo innecesario presentando al espectador la obra desnuda,
desordenada y rodeada de otras diferentes a su estilo, a su tiempo y a su intención.
Otra definición más:
Una de las opciones que contempla el videojuego es que pulsando un botón todas las obras se
convierten en una misma frase:
“Una obra de arte es un producto puramente humano de seres capaces de sentir que tratan de
representar una percepción construida, real o trascendente, a través de formas y estructuras de
elementos que interactúan entre sí” .
Aunque podríamos pensar que se trata de otra definición más de Arte para el cajón de sastre,
siempre me ha parecido loable el intento de definir un concepto tan abstracto y complejo como es el
arte. Y no se trata de una definición nada errónea porque está en lo cierto cuando vincula el arte con
el humano, los sentimientos, las percepciones, lo construido, lo real,... Es una definición que
lógicamente se queda muy corta pero el hecho de que las obras de arte de repente se conviertan en
esta frase genera una relación tautológica. Ahora recordamos a Joseph Kosuth, quien definió la
obra de arte como una tautología, llegando a expresar que “el arte es, de hecho, la definición de
arte”. Como vemos aborda el tema artístico como un problema filosófico y lingüístico.
Giner aprovecha las teorías de Kosuth para establecer una interesante relación entre arte, imagen y
concepto.
En este aspecto la obra gana interés.
El generador de discurso
Ahora nos sumergimos en un espacio diferente al anterior, el generador de discurso que es quizá la
nota más interesante de esta obra.
El generador y el videojuego se complementan, aunque no lo parezca porque ni comparten el
mismo espacio ni son de la misma originalidad. Mientras que el videojuego puede parecernos una
burda o absurda copia de un museo virtual, el generador de discurso es una idea brillante:
Accedemos a un espacio inquietante, un cubo blanco con un atril en medio, y ante nosotros un gran
esquema que resume ciertas ideas sobre el CAAC y sus exposiciones. De repente podemos
sentirnos como si fuéramos los presentadores o comisarios de una importante exposición y
tuviéramos que mostrarla por primera vez a un público. Resulta que el anterior videojuego es una
exposición de las obras del CAAC y necesita de un discurso que la acompañe.
Ahora empezamos a escuchar los discurso de agradecimiento a los artistas participantes, a todos los
que hacen posible la exposición. El protagonista, ahora, es el político o la empresa colaboradora. Es
una buena forma de hacer presentes a esas instituciones o personas que propician con su dinero la
exhibición pública de la obra. Al fin y al cabo todos estos individuos no son más que pobres
palabras, tristes nombres que quedan empequeñecidos por la belleza de la obra o por el genio
creador de esta. Se produce una confrontación de desiguales porque será el artista quien resulte
triunfante, quien reciba los aplausos mientras los demás, que no han recibido ese don artístico casi
divino, lo único que pueden hacer es conformarse con aportar dinero ayudando al artista a exhibir
su obra ante el público.
A excepción del generador de discurso, la obra es incapaz de generar ningún tipo de sentimiento en
el espectador: el miedo, la alegría, la vergüenza o la emoción quedan totalmente aplastados por el
aburrido y caótico espacio que crea Pierre Giner. Y si la intención del artista es que el espectador
interactúe, consigue el efecto contrario.
Además, esta obra queda empequeñecida por los Jokers de Chema Cobo y Ex Hipotesi de Joseph
Kosuth, obras que anteceden a la de Giner. Estas sí plantean un interesante conflicto que el
espectador tiene que resolver sin llegar a marearlo. Y lo más importante, tanto Cobo como Kosuth
han sabido utilizar los medios para ganarse al público.
No dudo que Giner sepa como hacerlo pero también forma parte de la vida del artista la torpeza al
crear.

Sábado, 11 de Diciembre de 2010.

Un nuevo intruso: el video arte




Un Nuevo Intruso: El Video Arte
( Dutch Play, Nuevos Lenguajes en la colección del Netherlands Media Art Institute)
por María Regina Pérez Castillo

Todo parece incomprensible y extraño. De repente accedes a una sala muy oscura donde hay
sonidos inquietantes, algunos ordenadores y otras tantas proyecciones. ¿ Mi consejo? Siéntese
frente a alguna de las pantallas y déjese llevar por lo que quieren decirle todas esas imágenes y
sonidos.
El Video arte se ha colado como un pequeño insecto en el “Sagrado Mundo del Arte” y no lo ha
hecho silenciosamente sino más bien con contundentes temas heavy, música de Britney Spears y
techno. Todo un mundo multimedia puesto a nuestro servicio y volcado en darnos mucho que
pensar.
Es difícil que empecemos a concebir el Video Arte como una disciplina igualitaria a la pintura,
escultura o arquitectura .¿Porqué?
En primer lugar por la novedad del asunto. La televisión hizo incursión en nuestras vidas allá por el
año 1950. Los ordenadores llegaron más tarde pero pisando muy fuerte , entre 1970/1980. Frente a
estos dos novatos, la pintura ya era desarrollada por los primitivos prehistóricos, toda una experta
en esto del arte.
En segundo lugar porque ese mundo multimedia forma parte de nuestras vidas cotidianas. Hoy día
encontramos dos o incluso tres ordenadores y televisiones por hogar, en cualquier esquina, en
cualquier habitación. No solo forman parte de nuestras vidas sino que han sabido devorarlas.
Hablar de un arte fabricado con elementos cotidianos y recientes es poco menos que hablar de nada.
Demosle una oportunidad al Video Arte porque tiene mucho que decirnos, mucho que aportar y que
criticar. Máquinas dotadas de una tecnología que pueden remover nuestros sentimientos.
Propongo dos ejemplos muy claros de calidad en el Video Arte: Everytime de Broersen y Lukács y
Dawn and Dusk de Erwin Olaf.
En Everytime, una idea original de Broersen y
Luckács. Se pone en tela de juicio la compleja
relación del autor con los medios de comunicación de
masas y su interferencia con las identidades del
espectador en la sociedad de la sobreinformación.
El video nos muestra un avatar de un personaje muy
famoso: Britney Spears. La famosa cantante cuya
vida ha sido truncada por los medios de
comunicación que en su momento hicieron de ella
una niña prodigio y ahora la han convertido en una
muñeca rota. Las drogas, la maternidad imprudente y
los escándalos amorosos crearon en la cantante tantos
episodios de ansiedad que ésta acabó rapándose el pelo como símbolo de protesta y liberación
contra aquellos que la habían convertido en una marioneta de teatro. El avatar se presenta ante el
espectador como esa mujer desquiciada y rapada a la cual solo le quedan sus canciones tristes. Sólo
aparece su rostro, esto acerca al espectador que intenta conocer la triste historia de este avatar.
Dentro de esta obra existe un mensaje que es mucho más interesante: un personaje virtual que
simula una personalidad atormentada, cantando una canción cargada con mensaje amoroso e
incluso empalagoso y no es capaz de transmitirnos nada. ¿ Tiene un personaje virtual la capacidad
de emocionar a los humanos? Yo diría que en este caso no, pero está claro que se está trabajando en
ello, sobre todo las grandes empresas de robótica en Asia que ven en ello un filón de muchos
millones de yenes.
Extraemos dos conclusiones claras de esta obra: por una parte encontramos una crítica a la fuerza
que llegan a tener los medios de comunicación de masas pudiendo destrozar la vida de una persona
para alimentar el negocio; por otra parte está el dialogo entre personaje virtual personaje real que en
este caso es un fracaso porque aunque sepamos que la pena inunda a “la muñeca” no consigue
trasmitir esto al espectador.
La segunda obra que me gustaría destacar es un doble video, como un doble corto que se reproduce
de manera sincrónica, su autor es Erwin Olaf. Su título es Dawn and Dusk ( Amanecer y Atardecer).
Olaf es un autor muy proclive a la sangre, el sadismo y el impacto de la fotografía en el espectador.
En este caso consigue ese impacto mediante el video.
El título de la obra ya hace referencia a dos
momentos distintos: el amanecer y el
atardecer. En este caso el amanecer está
relacionado con una familia burguesa rusa y
el atardece con una familia burguesa de piel
negra de los EEUU. Ambas familias se
mueven en torno a los inicios del siglo XX.
Comienza la reproducción y en ambas
películas las acciones son paralelas: una
madre meciendo a su hijo, un bebé, al que le
canta y le arrulla. De repente alguien
comienza a realizar un ruido muy repetitivo y
molesto que provoca el insomnio y los gritos
del pequeño. Aún así la madre sigue
intentando adormecer al niño, casi absorta en
sus pensamientos y ajena al estrepitoso ruido.
El autor está manifestando un claro interés
por el estudio de los roles en la familia: la madre que se encarga del bebé, el padre que trabaja la
madera, el niño que juega con la pelota. Olaf recrea magistralmente el papel de cada uno de ellos e
introduce la crítica voraz. Cada personaje tiene unos parámetros de actuación establecidos por la
sociedad y los llevan a cabo de manera perfecta, impoluta, sin querer invadir el mundo del otro. Son
ni más ni menos que prototipos autómatas.
De repente algo cambia en la historia. El apacible hogar se exalta porque un retrato ha caído en el
suelo y ha asustado a todos sus habitantes. En este momento se produce el terror y la sorpresa del
espectador al descubrir que el rostro del niño negro de Dusk ha desaparecido, mientras el rostro del
bebé en Dawn es una masa informe que se está recomponiendo. La escena es desagradable, muy en
la línea de la colección fotográfica “Royal Blood” de Olaf, pero no podemos quedarnos en la
superficialidad del terror. El rostro que desaparece en un espacio y aparece en otro es como la
información en el mundo actual, como el envío de archivos vía Internet que dejan de existir en un
Pc de Australia para reaparecer en un portátil de Islandia. La reflexión es clara, mediante una
imagen sobrecogedora Erwin Olaf hace que nos cuestionemos el porqué del final de esta doble
historia. La interpretación podría ir encaminada hacia el mundo de la información, la cual muere y
nace a la velocidad del rayo. El invento que posibilita esto es Internet.
Una vez analizadas estas obras no nos parecen tan distantes a la Mujer Llorando de Picasso o al
Saturno devorando a sus hijos de Goya.
Como vemos, el Video arte tiene las mismas posibilidades y el mismo entusiasmo que el resto de las
técnicas, es más, juega con una ventaja excepcional porque controla el mundo auditivo y el visual.
Puede envolvernos y tocar nuestra sensibilidad desde un punto muy diferente al resto de las artes.
Mi último consejo: Siéntese, abra bien los ojos y disfrute...Si lo que ha visto usted no le dice nada
tiene un grave problema.
Domingo, 28 de Noviembre de 2010

Los Informes de Valcárcel Medina

“LOS INFORMES de Valcárcel Medina”
por María Regina Pérez Castillo

“El arte es una acción personal que puede valer como ejemplo, pero nunca tener un valor
ejemplar”.
Isidoro Valcárcel Medina, Madrid, 1977.
Tras leer esta frase entendí mucho mejor los Informes de Valcárcel en “Públicos y Contrapúblicos”.
Mediante tres pequeñas tarjetas el artista nos sitúa en tres espacios diferentes ( el Museo del Prado,
la Fundación Mapfre y el CGAC de Santiago de Compostela) , tres momentos ( el día 14 de
Diciembre, el 22 de Abril,...) y tres acciones.
En cada una de las tarjetas encontramos una historia basada en la ejecución de una acción por parte
del artista. Mediante estas acciones experimenta con la reacción de la gente que le rodea o con la
suya propia.
Al leer las tarjetas parece que el componente humorístico es fundamental pero Valcárcel no busca
esto, no espera la carcajada del espectador. He aquí lo interesante de su obra: sin buscar la sonrisa
la consigue. Entonces, ¿qué ocurre aquí? La idea es tan simple como remitirse a las semejanzas
entre nosotros los humanos. Lo que está haciendo el artista es escribir en una tarjeta cosas que nos
han pasado a todos, forzando la situación y llevándola a límites extremos a los que la mayoría no
estamos acostumbrado pero dejando en nuestra cabeza la esencia de su acción que es la que nos
recuerda a nuestra vida .
Un ejemplo muy claro: alguien está comiendo una naranja frente a nosotros y entonces el jugo le
salta a los ojos, los cierra levemente pero no sufre demasiado por ello. Es muy posible que si somos
testigos de dicha historia sonriamos como poco. Que nos haga gracia esto no supone que le
deseemos lo peor al “comedor de naranjas” y por ello disfrutemos con lo que vemos, lo que ocurre
es que he recordado el día en el que me pasó a mi. Lo que sinceramente nos divierte es que esas
cosas nos pasan a todos. Podríamos concluir diciendo que ciertas tonterías de la vida nos unen un
poquito más.
Eso es lo que utiliza Valcárcel, historias que nos han pasado a todos: ¿a quién no le ha regañado
alguna vez un vigilante en el Museo del Prado? Me arriesgo a afirmar que es común al 99% de los
visitantes de este museo.
Lo que el artista está haciendo es estableciendo una relación de igualdad con el espectador. Está
diciéndole a éste: “a mí también me ocurre”.
Por otra parte utiliza el formato del Informe para contar estas cortas historias banales. Los informes
normalmente se utilizan para cuestiones importantes. Estamos acostumbrados a escuchar la palabra
“informe” para temas de medio ambiente, guerras, declaraciones policiales,etcétera.De repente este
individuo nos sitúa frente a un relato divertido que contrasta con la propia palabra que encabeza las
historias.
¿Sabemos si realmente este artista llevó a cabo estas acciones? No, pero confiamos en la seriedad
que la palabra “ informe”. También tenemos que confiar en el artista, en su descaro y su faceta de
investigador de la realidad, observador del comportamiento de la gente y creador de algo nuevo.
El espectador puede tomar las tarjetas y quedárselas. Esta idea sorprende por varias razones:
– En primer lugar no nos encontramos frente a una pintura o una escultura, son tarjetas, es un
formato muy original ¿ Como definimos esto? Al estar involucrado el espectador podríamos
hablar de “Happening”. Éste deja de ser pasivo y mediante su actividad alcanza una
expresión emotiva.
– En segundo lugar el espectador puede quedarse con un trozo de la exposición. Atenta contra
la idea de obra intocable. He de reconocer que en un primer momento pensé que las tarjetas
no eran para quedárselas.
– En tercer lugar al poder tomar esas tarjetas-informes el lector se convierte en un casual
descubridor, un espía o investigador de alguien que ha encontrado 3 tarjetas y al leer
descubre partes de la vida del artista.
El artista nos hace partícipes de su realidad y es de agradecer por nuestra parte. El arte está plagado
de obras que son casi manifiestos individuales cargados con las ideas y principios del artista.
Cuando el genio creador te incluye dentro de sus mensajes, deja que interactues con ellos y te
cuenta algo cotidiano se produce la catarsis. Aristóteles decía de la catarsis que era la facultad de la
tragedia de redimir (o "purificar") al espectador de sus propias bajas pasiones, al verlas proyectadas
en los personajes de la obra, y de esa forma permitirle ver el castigo merecido e inevitable de éstas;
pero sin experimentar dicho castigo él mismo. Nosotros no fuimos los expulsados por un
controlador de seguridad...
Sábado, 20 de Noviembre de 2010

Sé un secreto que tú no sabes

Sé un secreto que tú no sabes... Reflexiones sobre el arte Contemporáneo
por María Regina Pérez Castillo

“Vamos a llegar hasta Goya”, esto fue lo
primero que dijo mi profesora de Historia del
Arte el primer día de clase de segundo de
Bachillerato. ¿Pondría Juan Gris el grito en el
cielo al enterarse de que dentro del temario de
Selectividad lo último que se estudia es
Goya? No lo sabemos pero los que saben bien
como aprobar este examen creen que el arte
acaba en “ El Gran Cabrón”.
Ya tenemos otra cabeza de turco a la que
cargarle la responsabilidad de que el Arte
Contemporáneo no llegue al pueblo, la
educación. Es cierto que la educación española
en estos momentos deja mucho que desear.
Que somos el último país de la Unión Europea
en educación lo tenemos muy claro todos. Si
somos los peores en matemáticas no queramos
saber como somos en arte.
Desde las instituciones educativas no se incentiva “el saber” en general, ni en ciencias, ni en
literatura, ni en nada. Podemos darnos con un canto en los dientes sabiendo que en la asignatura de
Historia del Arte en Bachillerato se llega a estudiar a Borromini. ¿ Cómo vamos a pedir a esos
estresados profesores que expliquen a sus alumnos la complejidad del Arte Contemporáneo si el 15
de Junio tienen que terminar temario? Parece imposible, es imposible.
De acuerdo, la educación no ayuda. Siempre nos quedará el apoyo económico de empresas e
instituciones políticas. Parece que los políticos no están muy de acuerdo en prestar/dar dinero a
artistas jóvenes que no están afiliados a su partido. ¿ Para que expongan mis obras tengo que
afiliarme al PP/ PSO/ UCD/...? esto parece que va en contra de la propia personalidad libre del
artista. El artista crea su mensaje, su código a miles de kilómetros de distancia de la manipulación y
el “marionetismo” político. Si ya es difícil crear arte en nuestra época imagínense crear un arte
libre, original, de acuerdo con la Semana Santa, con el matrimonio homosexual, con la asignatura
de “ Educación para la Ciudadanía”,... ¡BASTA! El artista no está ahí para contentar a nadie. Es
puramente expresión (individual o grupal) como sea, pero expresión libre de ataduras.
Si no quiero contentar a nadie de estos mundillos no voy a poder mostrar mi obra al público de
manera decente: en una galería y con unas condiciones museográficas dignas.
Parece que las instituciones empresariales y políticas tampoco van a dar su brazo a torcer.
¿Quién nos queda?, ¿ quienes son el siguiente obstáculo para el Arte Contemporáneo?
Propongo una idea disparatada: los propios expertos en arte contemporáneo, los que siempre se
quejan de la falta de ayudas, del tradicionalismo en Andalucía y de la vetusta conciencia de la
población.
Por una parte no les falta razón, todo lo anteriormente citado es tan cierto como el aire que respiro.
Pero no me digan ustedes que no es tentador ser moderno, exclusivo, conocer algo raro. Esa frase
que todos hemos utilizado alguna vez y con la que tanto hemos disfrutado: “ Sé un secreto que tú no
sabes”.
Uno de los primeros personajes históricos que entendió esto fue Francis Bacon, conocido también
como el barón de Verulam que allá por el siglo XVI mencionó una frase que ha sido repetida
infinidad de veces y con la que estoy enormemente de acuerdo: “La Información es poder”.
Cuando sabemos algo que los demás no saben o conocen somos especiales, estamos en cierto modo
por encima de ellos porque tenemos un conocimiento mayor. Algunos pensadores dirían incluso que
quien tiene más y mejor información tiene más posibilidades de sobrevivir. Dejando de lado las
teorías neodarwinistas sí entendemos el concepto de exclusividad.
¿Qué ocurriría si el arte contemporáneo estuviera al alcance de todos? Se convertiría en algo del
pueblo y con ello nacería la posibilidad de que el pueblo convirtiera el arte contemporáneo en algo
banal.
Es muy posible que los eruditos en arte contemporáneo quieran preservar ese estatus social que les
infiere es conocer este tipo de arte.
¡Que no cunda el pánico! no creo que deba extenderse la alarma entre aquellos que teman ser
sustituidos por el pueblo, destronados en su propio palacio. Resulta que la sociedad en la que
vivimos hoy día no está preparada para entender los nuevos códigos artísticos. Volvemos a lo
mismo ¿educación?, ¿economía?,... Busquemos cabezas de turco pero sepamos mirar también a
quienes quieren ocultar este secreto.
Tener un pastel escondido en la alacena puede llegar a ser muy placentero. No hablo del placer de
comerse el pastel, hablo del saber que el pastel está ahí mientras tus hermanos menores no lo saben.
Si esa codiciada información llegase a ellos ya lo habrían devorado.
Miércoles, 17 de Noviembre de 2010

Rafael Canogar en galería Nuevoarte




RAFAEL CANOGAR, el artista es pura evolución
por María Regina Pérez Castillo

He tenido la oportunidad de conocer a Canogar, aunque yo prefiero decir que he conocido a “ los
Canogar”. No estoy hablando de una estirpe de mafiosos ni mucho menos. Hablo de la pura
evolución artística de nuestro tiempo. Hablo del compromiso social, del gestualismo y de la
liberación del mismo. Hablo de Rafael Canogar.
Sevilla tiene la gran suerte de presentar en fechas similares ( entre Noviembre y Diciembre de 2010)
dos exposiciones esenciales: la Colección Martínez Guerricabeitia en la sala de exposiciones Santa
Inés y “La Recuperación del espacio pictórico” en la galería Nuevoarte. En ambos lugares encontré
a Rafael.
Canogar no es un artista quieto, inmóvil o fiel a un mismo estilo. Se nos presenta más bien como
un hombre de nuestro tiempo, ágil y lleno de posibilidades: puede rodearse de miles de personas y
comprometerse con ellas, con sus penurias y sus problemas. Puede desaparecer del mundo y ser
solo artista. Esas son las dos caras que yo he conocido.
En la Galería Nuevoarte encontramos al genio individual. Una pintura libre de cualquier tipo de
gestualismo. En este sentido Canogar puede recordarnos a la color-field painting de Barnett
Newman pero la pintura del español es mucho más profunda. Contrapone las tintas planas y las
superficies arañadas haciéndonos ver la importancia de lo matérico. Quizá lo más interesante sean
esas superficies arañadas porque son espacios estratificados. La superficie es rascada, entonces
surgen bajo esos rasguños colores nuevos que no conocíamos. Se vuelve a arañar y de nuevo
encontramos la sorpresa. Bajo un color se esconde otro, y otro, y otro. Los colores parecen nacer
desde el lienzo superponiéndose en finas capas de pintura. El artista establece casi un “juego
arqueológico” porque nuestros ojos empiezan a buscar el origen de esos colores, el blanco del
lienzo.
Accidentalmente encontramos alguna mancha parecida a las de Clyfford Still pero esa es su última
intención porque Rafael se deshace de cualquier tipo de gestualismo. El artista está entendiendo la
pintura como una entidad en sí misma, la está liberando de cualquier tipo de sentimiento, de
personalidad humana pero ¡Cuidado! esto no es Minimalismo.
La obra es muy atractiva, en muchas ocasiones es capaz de introducir al espectador en un espacio
ficticio. Podemos pensar en la obra de Rothko pero Rafael no busca la religiosidad o la
espiritualidad, no intenta llevar al espectador al Nirvana poniéndolo ante su obra. Su finalidad es
más humana y no tan divina.
En la Colección Martínez Guerricabeitia conviven diversos lenguajes artísticos: informalismo,
nueva figuración española, realismo crítico, pop,... pero todas las obras allí expuestas son de una
clara vocación social y posicionamiento político. No podemos olvidar que Rafael Canogar fue
cofundador del grupo El Paso y al igual que sus colegas fue utilizado por el franquismo. No siempre
ha podido expresarse con libertad y esto hace que el autor tenga una conciencia de grupo o
conciencia social. Esta conciencia parece algo común en los artistas que vivieron esta época porque
no solo encontramos esto en el Grupo el Paso, también observamos esta preocupación en grupos
pop como el Equipo Crónica y por supuesto en el Equipo Realidad.
Aquí, Rafael presenta un lenguaje figurativo. Si quiere mostrarnos la represión policial utiliza la
espalda de un policía con una porra en las manos; si quiere mostrarnos la violencia de la guerra
utiliza la silueta de un soldado combinándola con tintas rojas; la desesperación de un pueblo habla
mediante una mujer que grita.
Estamos hablando de un lenguaje mucho más sencillo ya que debe ser entendido por cualquier
persona. Aquí prima la denuncia social frente a lo puramente artístico.
Esto nos hace ver la versatilidad del artista que consiste en esa facilidad de relación entre finalidad
de la obra y lenguaje de esta. En este sentido Canogar es maestro porque sabe qué hay que utilizar
en cada momento para expresar lo que quiere.
Mi última reflexión va dirigida hacia un comentario realizado por Juana Aizpuru, la famosa
galerista española, en el que explicaba que el artista actual no conocía lo que era el trabajo en grupo,
en equipo, porque se había convertido en un animal solitario, trotamundos y extravagante. Rafael
Canogar puede permitirse ser así ahora con la escusa de recuperar su espacio pictórico. En su
momento ya conoció el compañerismo en el trabajo, la fuerza del arte como arma social y la
injusticia de la censura.
Domingo, 14 de Noviembre de 2010

Como un Monumento al Artista de Curro González




Como un Monumento al Artista de Curro González
por María Regina Pérez Castillo


Un autorretrato ciertamente divertido, irónico y burlesco. Así nos presenta su nueva obra Curro
González cuyo título “Como un Monumento al Artista” retrata perfectamente la esencia de su obra.
El protagonista de la obra de Curro es el artista, es decir, él mismo. Un hombre apasionado por las
ciencias, las artes, los juegos de palabras y la música. Además un hombre contemporáneo, ecléctico
y entendido de todo.
La imagen que Curro nos muestra del actual artista nos puede trasladar al Renacimiento italiano.
Aquellos hombres intrépidos que movidos por el humanismo intentaban abarcar todo el
conocimiento posible. Un ejemplo de esto son las descripciones que encontramos de Leonardo Da
Vinci que responden a lo que los griegos llamaron πολυμαθής , un polímata. A la vez artista,
científico, ingeniero, inventor, anatomista, escultor, arquitecto, urbanista, botánico, músico, poeta,
filósofo, escritor,...
Este tipo de hombre no ha sido anhelado únicamente en la etapa moderna, ha viajado a lo largo del
tiempo y ha llegado a nuestros días invadiendo la literatura. “El Médico” de Noah Gordon, uno de
los best-seller más vendidos en el último año, retrata la figura del cirujano barbero. Un hombre que
para ganarse la vida en pleno siglo XVI iba de pueblo en pueblo ejerciendo de mago, médico,
cirujano y farmacéutico.
Salvando las diferencias, la obra de Curro hace alusión a ese tipo polifacético.
Este retrato se ha tratado con mucha solemnidad a lo largo de la historia. ¿Cómo consigue Curro la
ironía, la burla? Cargando físicamente al artista de objetos. Tantos objetos utiliza, que la figura
humana queda relegada a un segundo plano, a una mera percha.
Es este un señor anónimo y con un nombre a la vez. Anónimo porque ni importan su nombre, ni su
procedencia ni su condición. Con nombre porque queda definido por esos objetos que ya hablan por
él , ¿qué dicen estos objetos de ese hombre? Este es el artista actual.
Dentro de esta ironía de la que hablamos existen dos elementos que llaman la atención: el podio y el
excremento pisado por el artista.
El podio sitúa al artista en un puesto privilegiado, es el vencedor. Su obra ha llegado al público, lo
cual le ha tenido bastante preocupado durante algún tiempo. Si la obra gusta será entronizado por
los medios de comunicación y los críticos de arte, de lo contrario será totalmente estigmatizado. El
podio representa esa continua carrera, esa continua lucha del artista contra los demás y cuya victoria
puede situarlo en el mejor de los puestos.
Por otra parte el excremento pisado por el artista es esa suerte que siempre tiene que estar del lado
de él. Su éxito no sólo depende de las horas de trabajo dedicadas sino también del estado emocional
de la sociedad.
Avanzamos en la obra de Curro. “ El Castor” y “La Broma infinita” ya sitúan al artista en su espacio
de trabajo, el taller.
Un castor con cara de artista, paleta de pintura y pincel. Esta escena puede recordarnos a las fábulas
de Esopo reescritas por el poeta romano Fedro. Nuestros padres han recurrido a esa tortuga
persistente, al conejo presumido o a la zorra inteligente. Animales con personalidad humana que
dejaban entrever una moraleja. Así es el Castor de Curro: un animal de taller, rey de su propio
mundo, acumulador de objetos por si algún día hacen falta.
Propongo una imagen paralela y divertida. Podemos recordar la manera en la que el castor apila
trocitos de madera para crear su madriguera. Igualmente lo hace el artista, guardando trocitos de
una vida, de una civilización y conformando de esa forma su hogar que es su estudio.
“ La Broma Infinita” es ese taller donde el artista se siente refugiado del mundo exterior. Los
objetos cobran vida en su taller, primero actuando por sí mismos y luego actuando bajo la batuta del
castor artista. Entonces entra en escena la plastilina azul. Su miedo a perder todo ese mundo se ve
reflejado en la inundación a causa de una ducha abierta, el pobre animal de taller se queda sin nada.
El agua lo arrastra todo llevándonos a un espacio nuevo, casi desértico que posteriormente se torna
en noche estrellada.
Aunque finalmente perdemos de vista ese taller tan divertido a causa de la inundación el final de la
obra no deja mal sabor de boca al espectador. Por un momento todo se pierde pero realmente no
parece que se haya esfumado sino que se ha convertido en un mundo nuevo, como una especie de
reencarnación.
También me gustaría destacar la importancia de la música que sin duda alguna anima mucho más a
esas pequeñas figuras de plastilina. A nuestra mente llega el sonido de los sirtaki griegos, incluso en
la aceleración del ritmo. El artista comienza a pensar, a cavilar lentamente sobre su producción y de
repente surge la idea, entonces todo se acelera, el ritmo de trabajo es más rápido. Al final todo lo
estropea la marea azul pero por un momento parecía que iba a terminar estallando por el ritmo
frenético de la música.
“ Como un monumento al artista” es una obra imprescindible, original y sin duda alguna un espejo
en el que puede mirarse el artista del siglo XXI.
Nosotros no vamos a pedirle a Curro que sea un polímata pero si le pedimos que siga
sorprendiéndonos con sus visiones de la realidad, con su manera de hacer y con su simpatía al
crear.
Sábado, 6 de Noviembre de 2010

Públicos y Contrapúblicos de Sahron Lockhart




PÚBLICOS Y CONTRAPÚBLICOS de Sharon Lockhart
por María Regina Pérez Castillo

Una vez que “ Públicos y Contrapúblicos” comenzó a proyectarse hubo dos reacciones entre
los allí presentes: los que pensaron que aquello era una broma de mal gusto y lo que
pensamos, pensamos y no paramos de pensar hasta que que se terminó el filme.
Yo me quedé en la sala pero escuché a una mujer que indignada salía diciendo: “ Qué bonita
es la película, preciosa”. Alguien debía haber advertido a aquella señora que aquello no era
Memorias de África sino video arte.
No es mi intención dármelas de experta, nada más lejos de la realidad. Yo misma estaba
esperando expectante que algo inesperado ocurriese: de repente un actor ante el público, una
música que sorprendiese a todos, no sé, algo así.
Cuando me dí cuenta de que no iba a pasar nada liberé mi mente y comencé a reflexionar:

EL ESPEJO:
Aquellos señores, señoras, niños, ancianos,... éramos nosotros. Todos esperaban que algo
ocurriese como lo estaba haciendo yo. Se movían, resoplaban, se quedaban dormidos,... lo
que suele hacer un público y “casualmente” lo que estábamos haciendo nosotros.
Aquello era un espejo en el que tanto ellos como nosotros nos estábamos viendo reflejados.
Estábamos siendo el público y a la vez el entretenimiento.
Esta idea me llevó a otra más disparatada: “ Quizá haya una cámara que vía satélite está
retransmitiendo nuestra imagen a esas personas del Teatro Amazonas y viceversa, todos
estamos esperando que alguien haga algo gracioso pero nadie lo hace porque todos estamos
esperando, valga la redundancia”. Inmediatamente alejé esa idea de mi cabeza porque me
llegó a parecer absurda a la par que terrorífica.

HISTORIAS INDIVIDUALES:
Entonces me pareció que entre esa gran multitud de personas debían existir pequeñas
historias individuales que fuesen interesantes. Empecé a fijarme uno por uno y descubrí una
historia familiar: un hombre que aburrido de estar allí esperando empieza a roncar
fuertemente. Su señora avergonzadísima por la situación le regaña. Esta escena tan cotidiana
trajo inmediatamente a mi cabeza aquella tarde de sábado en la que mis padres decidieron
llevarnos a todas las hermanas a ver la famosa obra de Miguel Delibes “ Cinco horas con
Mario”. Tras una hora de teatro mi padre era aquel hombre roncador y mi madre aquella
mujer con las mejillas rosadas por la vergüenza.
Anécdotas aparte, cada una de esas personas actuaba frente a la espera de manera diferente
y ciertamente durante el tiempo que duraba el filme te daba tiempo a reconocerte en esas
personas, a buscar tus semejanzas con ellos.

LA BÚSQUEDA:
Pensando sobre el significado de aquel video llegué a otra conclusión bastante efímera. Los
ritmos del edificio. Pudiera ser que la clave se encontrara oculta en las columnas y los arcos
de medio punto del Teatro Amazonas y perdiendo la mirada en ellos incluso parecía que el
semicírculo te abrazaba también a ti que estabas fuera de la pantalla.
Llegados a este punto obtuve mi primera conclusión: que aquello era un espejo, estaba
claro, pero más claro aún estaba que Sharon Lockhart me había hecho pensar durante 40
minutos en su obra; y es que si algo en común tienen todas las obras contemporáneas es la
ignorancia del espectador y su afán por deducir el significado de aquello.
Sin duda alguna, el arte contemporáneo nos trae de cabeza.

Jueves, 28 de Octubre de 2010

El Nacimiento de una Nueva Crítica

                                                 

¡Bienvenida a esta nueva vida!  Eso debieron decirme todos cuando llegué a Sevilla.
Existen momentos en la vida en los que necesitas un cambio y yo lo necesitaba. Mi último año en Granada como estudiante de Historia del Arte se estaba tornando demasiado oscuro, frío y sin sentido. Necesitaba cambiar en la medida que mi economía lo permitiese. Así que decidí trasladarme a Sevilla.
La imagen que ha dado Sevilla ha sido y es profundamente tradicional:  la Semana Santa, los toros,  los paseos en calesa,... Pero Sevilla es mucho más que eso, guarda en cada rincón una sorpresa, una pincelada del mundo actual, del siglo XXI. Es como un pequeño mundo inserto dentro de otro más grande y conocido. Pues ese pequeño mundo está creciendo y cada día gana unos centímetros. Es como un bebé que está a punto de nacer, cuando salga del vientre de su madre crecerá y se hará fuerte. ¿ Quién es la madre del niño? Bueno... en este caso hablaríamos de madres:  Ignacio Tovar, Carmen Laffon, Ricardo Cadenas, Luis Gordillo, Gerado Delgado, Paz Pérez Ramos...Son muchos los que gracias a su imaginación, su buen hacer y su atrevimiento están alimentando a la criatura para que algún día Sevilla también sea el ahora y no solo el ayer.
Yo me estoy adentrando en el divertidísimo mundo del Arte Contemporáneo en Sevilla. Aquí hay buenos, muy buenos artistas, hay minimalismo, graffitis ( o como se escriba), Art Brut, Performances y Poesía. Sólo hay que buscar un poco, encontrar las pequeñas pistas que os deja la ciudad en una farola, una pared destrozada o una cabina telefónica.
Mi trabajo o proyecto durante el año 2010/2011 consiste en hacer críticas sobre algunas de las obras contemporáneas que se exhiben aquí en Sevilla. Durante este año visitaré mil veces el CAAC ( Centro de Arte Contemporáneo Andaluz), la Galería Nuevo Arte, La Galería Birimbau, ... y por supuesto estaré atenta a vuestras peticiones.

Sin más... os dejo que disfruteis del  NACIMIENTO DE UNA NUEVA CRÍTICA
                                                                       
                                                     (Se abre el telón)