martes, 26 de abril de 2011

Teixidor en el Instituto de América. Santa Fe ( Granada)

                                                   RITOS DE PASO, Jordi Teixidor

                   Del 24 de Marzo al 29 de Mayo de 2011. Instituto de América de Santa Fe (Granada)
                                                                                                        por María Regina Pérez Castillo



Los ritos de paso de Teixidor se erigen majestuosamente ante el espectador mediante accesos
oscuros e incógnitas: ¿qué hay detrás de la opacidad?
Aunque el lenguaje utilizado es herencia directa del Expresionismo Abstracto Norteamericano, la
solemnidad que consigue el artista en casi todos sus lienzos es su rasgo característico.
Teixidor recogió en 1973 de Rothko, Barnet Newman y Reinhart un idioma: la división en bandas
pictóricas, los tratamientos monocromos y a veces, el gestualismo. Dentro de la obra expuesta
podemos intuir tres periodos distintos: el primero vinculado directamente con el Expresionismo
Abstracto Norteamericano, el segundo relacionado con el Informalismo matérico y el último
mantiene una relación más directa con el Informalismo en España ( Tapies y el Paso).
Una constante en su obra es la idea de umbral a través de puertas o ventanas. Ambas permiten ir
más allá, ver que hay al otro lado o incluso acceder a otro mundo, tal y como lo hizo Friedrich en sus Ventanas de Estudio que lanzaban al espectador por el vano del ventanal hacia un paisaje marítimo. Esto no es más que una invitación al cambio, una proposición de difícil resolución ya que el espectador se debate
entre la atracción y el miedo a lo desconocido. Como en el caso de todos los expresionistas abstractos, Teixidor busca los símbolos universales y el inconsciente colectivo descrito por Carl Jung. La puerta como elemento de acceso es un concepto absoluto y genérico. Mientras Mark Rohtko presentaba sus Puertas
al Abismo, paisajes que conectaban directamente con la inmensidad de su propio inconsciente,
Teixidor tal vez plantea más una reflexión sobre el posible paso adelante del que mira.
En sus obras más antiguas, los armazones horizontales y verticales se convierten en el primer plano,
una insinuación de perspectiva donde los huecos recrear una panorámica que se aleja de quien se
asoma a esa ventana imaginaria.
En sus creaciones más recientes abandona la pura verticalidad y la horizontalidad para recrear
estructuras flotantes que buscan una fórmula simple de equilibrio entre izquierda y derecha. Todavía
sigue utilizando inquietantes líneas verticales al margen izquierdo ( restos de sus ventanas
originales) que se pueden llegar a confundir con el propio marco de la puerta, quizá restos de su
primera etapa. Se busca el contrapeso, la extraña armonía. El artista respira de Europa, de Tapies y
del Grupo el Paso, buscando formas que se muevan en el espacio, que se debatan entre sí. El
protagonismo del negro ha dado paso a lo excepcional. Como si se intuyera un paso del
Expresionismo al “ Impresionismo Abstracto”.
Mientras en España, durante la dictadura, algunos artistas detienen su proceso de evolución e
incluso involucionan, dos biografías similares como las de José Guerrero y Teixidor nos ofrecen una
producción puntera ( gracias al desarrollo de su carrera artística en Nueva York), aunque tal vez en
el caso de José Guerrero la configuración de un lenguaje propio haya obtenido un resultado menos
formal y más auténtico que la de Teixidor. Por dar alguna referencia en cuanto a parecido temático:
La Raja de Víznar de Guerrero y Las Cruces de Santa Fe, inspiradas en la planta de la ciudad que
al artista le aparece como signo de ciudad moderna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario