sábado, 1 de octubre de 2011

Thank you for the music, Mika Taanila


THANK YOU FOR THE MUSIC - A FILM ABOUT MUZAK” de Mika Taanila

De la exposición “La Chanson”. Del 21 de Julio al 13 de Noviembre de 2011. CAAC ( Sevilla)

                                                                                                              Por Regina Pérez Castillo





A Mika Taanila le han bastado tres pequeños monitores de televisión, indiscutiblemente obsoletos, para hacernos reflexionar insinuando los siguientes interrogantes: ¿Qué escuchan ustedes?, ¿Cómo?, ¿Dónde? y ¿Cuándo ? “Thank you for the music- a film about Muzak”, es una video creación que medita acerca del espectacular auge que ha experimentado la música ambiental a partir de los años 30 y del poder encubierto que puede llegar a tener sobre el usuario, es decir, nosotros.

La exposición se compone de tres pequeñas pantallas televisivas con sus respectivos altavoces que en una vetusta calidad emiten diferentes historias con un hilo argumental común: “Muzak” o música ambiental. Esta nueva modalidad sonora nace en los años 30 como idea original de la empresa norteamericana Muzak Corporation, la cual diseñó uno de los productos más innovadores (en el campo de la psicología), sencillos (en el ámbito técnico) y efectivos (a nivel comercial) de los últimos tiempos. Hablamos de la famosa música ambiental o hilo musical que constantemente e involuntariamente escuchamos en cualquier lugar.
Los tres relatos de Taanila parten de dicha materia y se enfocan en tres campos diversos: el Muzak en el cine, el Muzak en el ocio y el Muzak como producto comercial. Parece que en estos tres entornos el producto ha fructificado con especial fuerza. El cine ha dejado en sus manos el cincuenta por ciento de su climax o apogeo y además ha vendido al cinéfilo la idea de que su vida merece tener una banda sonora. Por su parte, el mundo del ocio ha visto en el Muzak un increíble filón comercial convirtiendo la música en una potente arma de sugestión contra el consumidor, el cual puede estar avocado a moverse frenéticamente por una ristra interminable de comercios o por el contrario, pasar toda la tarde clavado en el sillón de un café.
Se despliegan de esta obra dos consideraciones a tener en cuenta. En primer lugar, la nefasta transformación que ha sufrido la música, siendo en un principio considerada Arte y convirtiéndose posteriormente en una estrategia comercial que busca a un consumidor más rápido y agresivo, o lo que es peor, una música decorativa que se ha despojado de toda filosofía y creatividad. Así lo declara el investigador Xavier Chavarria en su artículo “Muzac,la música como una manipulación” refiriéndose al hilo musical como “un magnífico reflejo del empobrecimiento de la conciencia musical de nuestra sociedad, que relega a un valor decorativo o puramente hedonista el arte musical". En segundo lugar, plantear el derecho al silencio. En ningún momento es el ciudadano el que elige si escuchar o no, son las instituciones empresariales quienes vinculan una actividad generalmente económica a la escucha musical, de manera que el consumidor acepta ( en muchas ocasiones a regañadientes) el Muzak a cambio de poder adquirir un artículo o servicio.

Además, en esta obra, la artista reflexiona sobre el llamado “Retrofuturo” ( un tema asiduo en su producción), refiriéndose a aquello que fue diseñado como invento revolucionario para la posterioridad pero que hoy día es “prehistoria”. Este es el motivo por el cual la estética de los monitores y los altavoces es tan anticuada, marcados con el logo de la empresa que estigmatiza al producto.


Las intenciones de Mika Taanila van más allá de las cuatro preguntas iniciales. Como vemos, de sus cuestiones se desgaja una meditación profunda sobre nuestras libertades, las estrategias de manipulación del mercado y el enorme miedo que tiene el ser humano al silencio.

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